Lo que debes saber sobre la piel sensible
9 DE ABRIL 2024 | escrito por:PomysAlgunas personas tienen mayores dificultades para cuidar su piel, esto puede deberse a muchos factores, pero también puede que tengas una piel sensible, y si es así esta información podría serte de mucha ayuda.
¿Cómo reconocer una piel sensible o intolerante?
Si experimentas alguno de estos síntomas con regularidad, es posible que tengas piel sensible o intolerante. En caso de duda o para obtener un diagnóstico preciso, es recomendable consultar a un dermatólogo para saber cuál es tu tipo de piel y proporcionar recomendaciones específicas y personalizadas para su cuidado.
Enrojecimiento frecuente: La piel sensible tiende a enrojecerse fácilmente, ya sea como respuesta a ciertos productos, cambios de temperatura o factores ambientales.
Irritación y picazón: La irritación y picazón se produce con facilidad, incluso ante productos suaves o ingredientes comunes.
Sensación de ardor o quemazón: Esto pasa al aplicar ciertos productos, especialmente aquellos que contienen fragancias o ingredientes irritantes, es posible que sientas una sensación de ardor o quemazón en la piel.
Descamación o sequedad: La piel sensible puede volverse fácilmente seca y propensa a la descamación, especialmente si se expone a condiciones ambientales extremas o productos agresivos.
Brotes de acné o erupciones cutáneas: Experimentar brotes de acné, erupciones cutáneas o urticaria como respuesta a ciertos productos o factores desencadenantes, también es una señal.
Sensibilidad a productos y factores ambientales: Este tipo de piel reacciona negativamente a una amplia gama de productos, incluyendo limpiadores, lociones, maquillaje y protectores solares. Además, puede ser más susceptible a los efectos del sol, el viento y otros factores ambientales.
Causas de la piel sensible
La predisposición genética puede jugar un papel importante en determinar si una persona tiene piel sensible. Si tienes antecedentes familiares de piel sensible, es más probable que también la tengas.
La función de barrera cutánea es importante para proteger la piel de los irritantes y alérgenos. Si la barrera cutánea está comprometida debido a condiciones como la dermatitis atópica o la dermatitis seborreica, la piel puede volverse más sensible.
La hipersensibilidad nerviosa puede hacer que perciban sensaciones normales como picazón, ardor o dolor de manera más intensa, y las alergias a ciertos ingredientes pueden agravar el problema.
Hay que tener en cuenta que la exposición a factores ambientales, el uso de productos nocivos y el estilo de vida, son factores clave para que la piel se vuelva mucho más sensible.
Además, al envejecer, la piel tiende a volverse más delgada y frágil, lo que puede hacer que sea más propensa a la sensibilidad.
¿Quiénes son más propensos a tener piel sensible?
El punto anterior lleva a la conclusión de que el foco se centra en personas con padres o familiares cercanos con piel sensible, al igual que las personas con condiciones como dermatitis atópica, rosácea, psoriasis o dermatitis seborreica.
Se ha observado que las personas de tez clara son más propensas a tener piel sensible, posiblemente debido a una menor producción de melanina y una menor protección natural contra el daño ambiental.
En este punto, también se destacan las mujeres por sobre los hombres, posiblemente debido a las fluctuaciones hormonales relacionadas con el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia, así como el uso frecuente de productos cosméticos.
Aquellos con enfermedades crónicas como el síndrome del intestino irritable, el síndrome de fatiga crónica o la fibromialgia pueden ser más propensos a tener piel sensible debido a la interconexión entre el estado de salud general y la salud de la piel.
Cuidados cotidianos de la piel sensible
Los cuidados diarios para la piel sensible deben ser suaves y delicados para minimizar la irritación y calmar las molestias. Algunos consejos útiles pueden ser:
Usa un limpiador suave y sin fragancias para eliminar suavemente la suciedad, el maquillaje y el exceso de grasa sin irritar la piel sensible. Evita los productos que contienen ingredientes agresivos como el alcohol o los detergentes fuertes.
El agua caliente puede ser irritante para la piel sensible. Opta por agua tibia o fresca al limpiar tu rostro y evita frotar demasiado fuerte.
Aplica una crema hidratante suave y libre de fragancias después de limpiar tu piel para mantenerla hidratada y protegida. Busca productos con ingredientes calmantes como la avena, la caléndula o el aloe vera.
Utiliza un protector solar suave y libre de químicos agresivos, con un FPS de al menos 30, para proteger tu piel sensible de los daños causados por el sol. Busca formulaciones físicas con óxido de zinc o dióxido de titanio.
Escoge productos específicamente diseñados para pieles sensibles, que sean hipoalergénicos, sin fragancia y libres de ingredientes irritantes como el alcohol, los colorantes y los conservantes.
Antes de usar un nuevo producto en todo el rostro, realiza una prueba de parche en una pequeña área de la piel para asegurarte de que no cause reacciones adversas.
Usa un humidificador en tu hogar para agregar humedad al aire, lo que puede ayudar a calmar la piel sensible cuando el aire interior tiende a estar más seco.
Higiene y skincare para piel sensible
La higiene y skincare para piel sensible debe apuntar al uso de limpiadores suaves y sin fragancias, con pH equilibrado que no alteren el equilibrio natural de la piel. Evita frotar vigorosamente y enjuagar con agua tibia.
Limita el lavado del rostro dos veces al día para evitar eliminar los aceites naturales protectores de la piel. Si sientes la necesidad de limpiarte la cara durante el día, opta por agua micelar suave en lugar de un limpiador.
Busca hidratantes con ingredientes como ceramidas, ácido hialurónico y glicerina para ayudar a fortalecer la barrera cutánea y retener la humedad.
Hay que ser delicado al secar la piel con una toalla, dando palmaditas suaves en lugar de frotar. Asimismo, evita el uso de esponjas o cepillos abrasivos que puedan irritar la piel.
¿Cuándo debo consultar a mi médico por la piel sensible?
Deberías considerar consultar a un médico o dermatólogo si experimentas cualquiera de las siguientes situaciones relacionadas con tu piel sensible:
Si los síntomas de sensibilidad cutánea, como enrojecimiento, picazón, ardor o descamación, no mejoran o empeoran a pesar de los cuidados.
Si experimentas una reacción alérgica grave a un producto o ingrediente, como hinchazón, dificultad para respirar, sarpullido generalizado o anafilaxia.
Si notas cambios en la apariencia de tu piel, como la aparición repentina de manchas, lesiones, ampollas, úlceras o cambios en los lunares, que podrían indicar una afección dermatológica subyacente.
Si desarrollas signos de infección en la piel sensible, como pus, calor, sensibilidad extrema, fiebre o escalofríos, lo que podría indicar una infección bacteriana, fúngica o viral.
Si tienes dificultades para controlar los síntomas de la piel sensible por tu cuenta o si los cuidados caseros no son suficientes para aliviar la irritación o mejorar la salud de la piel.